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¿Cómo compartir el evangelio con un ateo?

enero 8, 2024

¿Cómo compartir el evangelio con un ateo?

¿Cómo compartir el evangelio con un ateo?
Escrito por: Pastor David Salgado
Maestro @ Semper Reformanda

Compartir el evangelio con un ateo puede parecer una tarea difícil e intimidante. Sin embargo, es posible hacerlo de una manera respetuosa y efectiva. En este artículo, exploraremos algunas estrategias y consejos para presentar defensa de nuestra fe y al mismo tiempo compartir el evangelio.

Para saber cómo hacerlo vamos a estudiar lo que el escritor de Proverbios nos dice: “No respondas al necio de acuerdo con su necedad, Para que no seas tú también como él. Responde al necio según su necedad se merece, Para que no sea sabio ante sus propios ojos” Proverbios 26: 4-5

A través del libro de proverbios quiero que aprendamos y respondamos juntos ¿Cómo compartir el evangelio con alguien escéptico?, de la siguiente manera: defendiendo nuestra fe con sabiduría, presentando la verdad y advirtiendo la locura.

 

1. ¿Qué es apologética? 

El nuevo diccionario de teología dice que la apologética “es una actividad de la mente cristiana que trata de demostrar que es verdad lo que se afirma en el mensaje del evangelio. De manera que un apologista es una persona que está preparada para defender el mensaje del evangelio en contra de la crítica y la distorsión, y dar evidencia de su credibilidad.” (Ferguson, Wright y Packer “Nuevo Diccionario de Teología”. El paso, Texas: 2011, Editorial Mundo Hispano)

Una de las cosas que tenemos que tener claro es que la apologética es una herramienta para el evangelismo. La apologética no es un fin en sí mismo. No es una herramienta para ganar debates o discusiones, sino para derribar falsos argumentos y dejar libre el camino para compartir el evangelio.

Para hacerlo hay dos formas: con sabiduría o sin sabiduría. Quiero convencerte a que lo hagas con sabiduría.

2. La necesidad de la sabiduría para defender la verdad

Para defender nuestra fe no solo necesitamos tener conocimiento sino sabiduría. El conocimiento es teórico, pero la sabiduría es práctica. Ahora bien, esta sabiduría de la que hablamos no es la sabiduría del mundo, sino la de Dios. Esa sabiduría que se ajusta a la voluntad y el orden creado por Dios.

El libro de Proverbios nos presenta la sabiduría de Dios vs la sabiduría del mundo, también llamada necedad. El libro refleja un marcado contraste entre los sabios y los necios, los que caminan en la verdad y los que caminan en la mentira y la rebelión.

En Proverbios 9, tanto la sabiduría como la locura hacen un llamado al hombre para que cene con él, a compartir intimidad, a adorarlos. Entonces, esto se trata de elegir al Dios verdadero o a dioses falsos. 

Quizá algunos se estén preguntando, ¿qué tiene que ver todo esto con la apologética? Tiene mucho que ver, pues defender nuestra fe no es una batalla por la razón sino una oportunidad para evangelizar presentando al único Dios verdadero, mientras se presenta la insensatez o la locura que es adorar las cosas creadas y la rebelión de negarse a reconocer a Dios y rendirse a él. 

Entonces la pregunta es ¿cómo presentar la fe con sabiduría? La respuesta la encontramos en Proverbios 26: 4-5 “No respondas al necio de acuerdo con su necedad, Para que no seas tú también como él. Responde al necio según su necedad se merece, Para que no sea sabio ante sus propios ojos”

A simple vista esto parece una contradicción, una completa paradoja ¿cómo es que un versículo nos aconseja que no contestemos al necio mientras el otro nos aconseja que si respondamos al necio? Lo que estos versículos nos dicen son complementarios. El autor nos está enseñando que debemos defender nuestra fe con sabiduría y para esto debemos de presentar la verdad y advertir la locura.

3. El método de Proverbios: presenta la verdad  y advierte la locura 

El primer paso es: presentando la verdad (Proverbios 26:4) 

“No respondas al necio de acuerdo con su necedad, Para que no seas tú también como él” Proverbios 26:4 

En el antiguo testamento se consideraban necio o tonto a la persona que se opone y niega a Dios. Así los decía el salmista “dice el necio en su corazón no hay Dios” (Salmo 14:1). 

Entonces a lo que se refiere Proverbios no es que no debemos hablar con el necio, lo que quiere decir es que no deberíamos de discutir con el necio en sus propios términos. No deberíamos de discutir con el necio con base en sus propias presuposiciones, sino como pueblo escogido de Dios debemos adoptar el presupuesto de las escrituras. 

No tenemos porque defender nuestra fe desde la neutralidad, en primer lugar, porque no existe una postura neutra, la imparcialidad es un mito. De manera que si nos ponemos en un terreno neutro rechazamos la revelación de Dios, la verdadera sabiduría y la cambiamos por la comprensión caída del hombre.

Por ejemplo, si la Biblia dice que algo es verdad, entonces es verdad, pues encontraremos evidencia de eso en la revelación natural. Así que partimos de que las escrituras hablan la verdad.  

Ahora que hablamos de la primera parte, es tiempo de revisar la segunda parte: Advirtiendo de la locura. 

“Responde al necio según su necedad se merece, Para que no sea sabio ante sus propios ojos”. Proverbios 26:5 

El autor nos está diciendo que al necio debemos responderle según sus propios presupuestos para poder demostrar su propia necedad, es decir, la inutilidad de sus pensamientos, de su cosmovisión. 

Advertir la presuposición de la locura del necio es proporcionar una crítica interna a su cosmovisión, a su manera de pensar, en otras palabras, buscamos exponer que los argumentos que sostienen son una farsa, que son inconsistentes, que carecen de pruebas, que son inútiles en la vida práctica. 

4. ¿Cómo ponerlo en práctica?

Gregory Koukl, en su libro Tácticas, un plan de acción para discutir tus convicciones cristianas, nos dice que debemos “incomodar a las personas haciéndolas pensar” (Koukl, Gregory. Tácticas (Spanish Edition). Vida. Edición de Kindle)

Koukl, propone un método llamado Colombo, que consiste en realizar preguntas específicas que nos guíen entre sí.  

Lo primero que debes hacer es juntar la información necesaria para saber lo que está pensando o sintiendo la otra persona.

  • ¿A qué te refieres con eso?
  • ¿Podrías explicármelo mejor?

En segundo lugar debes preguntar de manera que puedas revertir la carga de la prueba. El que hace la afirmación lleva la carga.

  • ¿Cómo llegaste a esa conclusión?
  • ¿Cuáles son las razones para pensar esto?

Debes prestar atención si la respuesta que te de es una afirmación o un argumento, porque si sólo es una afirmación y no un argumento tienes que seguir pidiéndole pruebas. Si es un argumento tienes que ver que tipo de pruebas está presentando. Debes analizar si las evidencias presentadas son sustanciales.

Hasta el momento podemos decir que la táctica Colombos se resume en: ¿Qué crees? ¿Por qué lo crees?

Entonces en estos primeros dos pasos, lo que has hecho es advertir la locura que dice Proverbios 23:6 para dejar en evidencia las inconsistencias en la forma de pensar de esa persona. 

Vamos al tercer y último paso del método de Colombos. En este paso tú presentas la verdad. 

  • ¿Me permites explicarte lo que yo pienso al respecto?

Estas tácticas te ayudan a guiar la conversación, a obtener información, a reconocer tus limitaciones, y saber si conoces lo suficiente o no de un tema.

Conclusión

Para hacer apologética, para defender nuestra fe y así proclamar el evangelio necesitamos sabiduría. La cual podemos obtener únicamente por medio de Dios y su palabra, porque la sabiduría es la única que nos puede llevar a una correcta comprensión de Dios, de su voluntad, y del orden creado por Él, dando como resultado una adoración genuina a Dios. 

La sabiduría nos ayudará a convencer a otros de lo necio que no es adorar a Dios y de lo necio que es adorar a la criatura. No para sentirnos más que ellos, no para ganar una discusión, sino para que puedan creer en el evangelio que los puede sanar por gracia así como nos salvo a nosotros. 

Todo esto lo hacemos desde la sabiduría y desde la humildad. Por eso es que para proclamar el evangelio a un escéptico tienes que aprender tu fe con sabiduría presentando la verdad y advirtiendo la locura. 

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¿Cómo compartir el evangelio con un ateo?
Pastor David Salgado

Maestro de Semper Reformanda y Pastor Asociado a cargo de Ministerios de Familia de Iglesia Gracia Sobre Gracia

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